Cómo evitar la obesidad infantil

Tener un peso correcto no es sólo cosa de adultos. Los niños también tienen que estar sanos y eso implica estar dentro de un peso correcto.

Puede que tus hijos, o los hijos de algún conocido o amigo, hayan sufrido variaciones de peso durante su crecimiento. Eso es del todo normal, pero lo más importante es que tengan un peso estable y acorde con su edad, estatura y complexión. El primer paso es dejar de pensar siempre que un niño “rellenito” es un niño sano. Porque cuando no se tiene el límite, esos kilos de más pueden ocasionar problemas graves desde los primeros años de vida hasta más allá de la adolescencia. Y es precisamente durante la pre-adolescencia y adolescencia cuando los niños ya han tenido que aprender buenos hábitos alimenticios.

La buena alimentación no se ve en los kilos de más, ya que más peso puede llegar a ser un problema y acabar en obesidad infantil. En las dos últimas décadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de niños y jóvenes con obesidad se ha triplicado.

Eso se traduce en que, por ejemplo en España, uno de cada tres niños pesa más de lo que corresponde para su edad. Y así los niños tienen más probabilidades de sufrir diabetes y enfermedades ligadas a problemas cardiovasculares. Y es por esto que se hacen campañas para sensibilizar y educar a los adultos, ya que son ellos los responsables de la alimentación de los pequeños de la casa.

Algunos de los errores más frecuentes

obesidad infantilLos padres son los primeros que tienen que concienciarse y aplicarse para dar a sus hijos una alimentación sana. Pero como todos sabemos, las prisas, el ritmo de vida y a veces, el poco tiempo para planificar las comidas y cenas, dejan los menús diarios abocados a la total improvisación. Y para sacarnos de un apuro acabamos por poner sobre la mesa alimentos no adecuados para los niños o adolescentes:

  • Un exceso de alimentación procesada (pizzas, croquetas congeladas, canelones precocinados…)
  • Fritos, demasiada carne –sobretodo roja- y pocas verduras y frutas
  • Bollería industrial
  • Refrescos con gas y azúcar en vez de agua o zumos naturales
  • Tendencia a que los pequeños y adolescentes tengan acceso fácil a chucherías, bollería, alimentos salados para comer a media mañana o como merienda, olvidando que es más sano un bocadillo hecho en casa

Si queréis tener más información y recursos os recomendamos que mires esta guía elaborada por los nutricionistas de Medicadiet (centros de nutrición) y prolongada por las endocrinas Dra. Clotilde Vázquez y Dra.Ana I. de Cos.

Alimentación por etapas

Durante los primeros meses de vida, lo ideal es la lactancia materna, porque no sólo garantiza el crecimiento físico y mental, sino que desarrolla la inteligencia del bebé y fortalece el vínculo con la madre. Si no se da el pecho, siempre hay otras leches para remplazarla.

En una segunda etapa se empiezan a experimentar las verduras, las frutas, los cereales, las carnes magras (pollo, pavo, ternera) y el pescado blanco (merluza, dorada…) y más tarde el huevo, las legumbres, la pasta, el pescado azul y la leche.

Estamos en la fase más importante para los niños porque en los primeros 4 años es cuando más crecen, y por eso necesitan proteínas, vitaminas y grasas naturales, minerales e hidratos de carbono. Aunque a día de hoy hay un exceso de hidratos de carbono que debería ser substituido por alimentos como las patatas, los cereales, las legumbres y el azúcar en cantidades adecuadas. Los alimentos frescos y no envasados deberían acabar ganando la batalla a los procesados, según los expertos en alimentación y los pediatras.

Por otro lado, hay que perder el miedo al consumo de grasa natural, al aceite o de vez en cuando a un filete de hígado, que aporta muchas vitaminas necesarias para el cerebro, sobretodo en etapas de crecimiento.

Cuando los niños ya están en la escuela, y hasta la pubertad, su crecimiento es más lento pero es cuando hay que afianzar los buenos hábitos, sobretodo porque en muchos casos es cuando se empieza a comer fuera de casa y ahí pueden empezar también los trastornos de alimentación.

Así que lo que os proponemos es que ayudéis a los más pequeños a hacerles entender que serán y son lo que comen. Cada uno de nosotros tiene que vigilar también lo que come, porque nuestros niños harán algo similar a lo que ven en casa. Y cuanto más natural y variada sea nuestra dieta y más tiempo se dedique a la actividad física, mejor entenderán la importancia de comer moderadamente y a apreciar la comida en tanto que nuestra base para tener energía para el día a día.

¡Niños sanos, adultos felices!

Autor: mireiab
Título: Cómo evitar la obesidad infantil
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Categoría: Nutrición, Salud
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